miércoles, 11 de septiembre de 2013

EldíaD.


Conté hasta tres para poder saltar. El aire se agotaba, y mi respiración se apresuraba cada vez más. Algo en el viento me decía que debía hacerlo, que mi cuerpo resisitría piedras y clavos, y que iba a ser infinita.
Pero sigo aquí, como un simple mortal esperando ese empujón que lleva a la gloria, y el reloj sigue en cuenta regresiva.

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